Mateo 5:6 NBLA
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados."
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La bendición que Cristo nos anuncia aquí nos muestra el fruto que van a traer estos deseos.
En este mundo, continuamente perseguimos deseos sin lograrlos.
Estos deseos anunciados insatisfechos, son una de las marcas y preocupaciones principales de los hijos de Dios.
Uno de esos deseos, y no el menos frecuente, es el fuerte deseo por la santidad y la perfección, que ni la vida más larga encuentra satisfecho cuando llega a su fin.
Tenemos hambre y sed de justicia, y el hambre espiritual sigue teniendo una profunda fuerza hasta el final.
Sin duda existe dolor en estos deseos, pero para los discípulos de Cristo esto trae bendición.
La bendición de la plena certeza de que, cuando llegue la mejor herencia, cuando estemos con Él para siempre, serán saciados.
Podemos orar así:
Generoso Señor Jesús.
Sabes cuan intensamente tengo hambre y sed de justicia, y nunca llego a estar conforme.
Te ruego que tengas compasión de mi deseo, y hagas que mi actual sentimiento de necesidad encuentre alivio en la promesa de una futura santidad, todo para Tu gloria.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Qué verdad aprendiste hoy?
- ¿Cómo vas a orar ahora?
- ¿Qué va a modificar en tu vida lo aprendido?
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