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Querido lector, la biblia fue escrita especialmente para el desarrollo y proceso de maduración de los creyentes.
Si tú aun no eres salvo, nuestro corazón suspira y se duele por ti.
Quisiéramos decirte con muchas ganas una palabra que te sirva de bendición.
Abre la Biblia y lee la historia de los leprosos y observa su posición, que es igual a la tuya. (2 Reyes 7)
Si permaneces donde estás morirás, pero si vas a Jesús no morirás.
"El que nada arriesga nada obtiene", dice un antiguo proverbio; y en tu caso el riesgo no es grande.
Si te quedas quieto en porfiada desesperación, ninguno tendrá compasión de ti cuando venga tu ruina.
En cambio si mueres buscando el favor (si tal cosa fuere posible) serías objeto de simpatía por todos.
Ninguno se va a salvar si no mira a Jesús, pero tú sabes que, sea como fuere, algunos son salvos por creer en él, pues alguno de tus conocidos han alcanzado misericordia.
Entonces, ¿por qué no la alcanzas tú también?
Los ninivitas dijeron: "¿Quién sabe?"
Actúa vos con la misma esperanza y prueba la misericordia de Dios.
Es tan espantoso morir, que si hubiese una simple cuerda a nuestro alcance, el instinto de conservación nos llevaría agarrarnos de ella.
Hasta aquí te he estado hablando de tu posición de incredulidad; ahora deseo asegurarte de parte del Señor, que si lo buscas lo hallarás.
Jesús no echa fuera a ninguno que vaya a él.
Si confías en él no morirás; al contrario, hallarás tesoros más ricos que el que hallaron los leprosos en el campo de los sirios.
¡Que el Espíritu Santo te anime a ir a Jesús enseguida!
Si crees en él no creerás de gusto.
Y cuando te sientas salvado, anuncia a otros las buenas nuevas.
No escondas tu paz; da primero las noticias a los de la casa del Rey y únete a ella.
Haz que el portero de la ciudad, el ministro, se informe de tu descubrimiento, y entonces proclama las buenas nuevas en todo lugar.
Que el Señor te salve hoy antes que se ponga el sol.
Escrito por: Charles Spurgeon
(Adaptado)
Ahora que terminaste de leer o escuchar, te recomendamos que tomes un tiempo para pensar y orar.
Si es necesario, volvelo a escuchar o leer.
Dios te bendiga grandemente.
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