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Marcos 10.35-36, 41-45
Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? (…) Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan.Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
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Dice un famoso refrán que “la tercera es la vencida”. Marcos 10.33-34 nos presenta la tercera y última vez que Jesús les anuncia claramente a sus discípulos que iba a Jerusalén a ser asesinado.
Y como a continuación de cada uno de estos anuncios, los discípulos inmediatamente muestran que no entienden nada de lo que Jesús estaba proponiendo ni del tipo de Cristo que Él era.
Anteriormente había sido Pedro el “equivocado” (8.32). En esta ocasión, son Jacobo y Juan. ¡Justamente ellos tres, que habían estado más cerca de Jesús que ningún otro y que habían estado con Jesús desde la primera hora!
Los hijos de Zebedeo hacen un pedido sorprendente: le piden a Jesús lugares especiales en el “glorioso reino” que instauraría Jesús. El texto señala que los otros se indignaron contra ellos (10.41).
A ellos no los indignan las injusticias, la opresión o el dolor de las personas, sino la posibilidad de perder los puestos de privilegio. Estos discípulos estaban muy equivocados.
Jesús afirma que los gobernantes oprimen y abusan de su autoridad (10.42), haciendo un uso equivocado del liderazgo que ejercen.
¿Y cómo sería el modelo de liderazgo que Jesús propone?
Un liderazgo basado en el servicio generoso a otros, presentándose Jesús mismo como modelo. Vivimos en una época que nos propone infinidad de modelos de liderazgo “exitosos”, pero muchos de ellos lejanos al modelo de Jesús.
Y vos y yo somos llamados cada día a decidir qué modelo adoptaremos para nuestras vidas, familias, ministerios y congregaciones. Porque no hay nada más absurdo que un discípulo de Jesús que oprime y abusa de su autoridad.
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*• EL REFUGIO VLA •*
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