................................................
Hechos 1:8 TLA
Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo.
................................................
La recomendación de un amigo tiene más poder que una publicidad, ¿los has notado?
Día a día somos abordados por cientos de publicidades, pero no todas logran convencernos de gastar nuestro dinero. Por el contrario, cuando alguien de confianza nos recomienda algo que ha probado, un restaurante al que ha ido o una canción que le gusta, sentimos deseo de seguir su recomendación.
Tanto los expertos en marketing como Jesús entienden bien eso. Por esa razón, cuando el Señor Jesús volvió al cielo, Él no dejó su mensaje en manos de expertos predicadores o eruditos.
Ni siquiera formó una comisión directiva que garantizara la correcta propagación de sus enseñanzas. Tan solo les dejó a sus seguidores dos cosas: un Espíritu y un mensaje.
Hemos hablado acerca del Espíritu Santo y de lo que Él hace. Pero, ¿cuál es el mensaje que todo hijo de Dios tiene a su cargo?
En realidad, más que un mensaje, es una persona. Las buenas noticias del Reino de Dios hablan de la persona más interesante del mundo... de Jesús.
A veces, aunque tenemos buenas intenciones, no sabemos cómo transmitirle a los demás la necesidad que ellos tienen de dejar atrás una vida sin sentido y de ser transformados por Dios.
Intentamos hablarles de su conducta, de lo que deberían estar haciendo, de las lindas actividades que pueden compartir con nosotros en la iglesia, o de muchas otras cosas.
Pero el mensaje que tenemos no se trata tanto de todo eso, sino de recomendarles que conozcan a Jesús Los primeros discípulos de Jesús no tenían dudas que su mensaje valía la pena, porque ellos habían conocido al Señor y Él seguía siendo lo mejor que les había sucedido.
Si tienes una relación con Jesús, ya sabes lo maravilloso que es. La próxima vez que estés con alguien, no les hables de actividades, organizaciones o pasos para cambiar... solo háblales de la persona que te ha transformado.
Ellos van a querer ver qué tan bueno es ese Jesús del que hablas. El resto, corre por cuenta de Él.
................................................

Comentarios
Publicar un comentario