· Imitando a Jesús·
· Semilla espiritual, fruto celestial ·
Antes de empezar el devocional, tomamos unos segundos para orar para que Dios nos guié, nos hable, nos muestre más de EL.
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Jesús nos enseña el trabajo duro, la tranquilidad y la gran paciencia del sembrador.
Esta parábola de la semilla que crece hace referencia no sólo a las etapas de la semilla hasta llegar al producto final, sino a la actitud del que salió a sembrar.
La Biblia dice “como cuando un hombre echa semilla en tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo” (vs. 26 y 27). Es una gran enseñanza de actitud: estar tranquilos de que la semilla pasará por distintas etapas hasta obtener el preciado fruto.
La vida del seguidor de Jesús pasa por varias etapas durante el crecimiento.
Primero fue la semilla que a su tiempo brotó en la tierra del corazón, luego fue la hierba tierna de los comienzos en el evangelio, donde fuimos frágiles y hasta vulnerables a las cosas que no entendíamos, hasta que vino la espiga, el paso previo al fruto, la preparación para el grano que maduraría en las manos del Señor.
Hoy, aunque seguimos siendo débiles, podemos aprender que el poder de Dios se perfecciona en esta debilidad, haciéndonos madurar como fruto aceptable y aprobado ante el Señor.
Meditemos cada día en la obra del Señor, en el ministerio que Él nos dio en los corazones donde depositamos también la semilla del reino, que comenzó a brotar y crecer, con dificultades, con caídas, con heridas y por momentos a punto de perecer.
Seamos pacientes y cuidadores de aquellos que como nosotros caminan junto a Jesús, teniendo la paciencia del Señor frente a algunas etapas que serán “lerdas” y difíciles, pero su final será el fruto hermoso y esperado.
Imitemos al Maestro sembrador, que supo echar la semilla, cuidar el crecimiento y también esperar, sin desfallecer, el fruto eterno del evangelio del amor de Dios.
Escrito por: Adrián Villarroel
Para compartir con los chicos:
¿De dónde vienen los limones? La respuesta es: del limonero. Cuando buscamos uvas es de la vid, manzanas del manzano, peras del peral. La semilla que sembramos es el fruto que cosecharemos. Los amiguitos de Jesús también podemos dar frutos: amor, bondad, paciencia... Lo interesante del limonero es que no se esfuerza para dar limones, esta diseñado para eso.. El verdaderos amiguitos de Jesús no dicen: "Hoy voy a decir la verdad", simplemente la dicen. No dice : "voy a amar", simplemente aman. Porque, cuando entramos al equipo de Jesús, es para hacer el bien, igual que El. Si no entraste al equipo de Jesús aun, te invitamos a que lo hagas hoy!!
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▪️ ¿Estás dando éstos frutos? Amor, amabilidad, respeto, paciencia, responsabilidad.
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Para terminar vamos a tomar un lápiz y un papel, y vamos a copiar en la hoja el siguiente versículo:

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