· Imitando a Jesús·
· La emoción del Señor ·
Antes de empezar el devocional, tomamos unos segundos para orar para que Dios nos guié, nos hable, nos muestre más de EL.
................................................
...............................................
La palabra “emoción” viene de la palabra latina “emovere”, que significa “agitar, revolver, emulsionar, poner en movimiento”, y es precisamente lo que produce en nosotros.
Las emociones que Dios nos dio nos agitan, nos empujan a actuar. Son el motor que mueve al ser humano a amar, odiar, alegrarse o entristecerse, son las cosas invisibles que llevan al hombre a tomar conductas con sus semejantes.
A veces tranquilas, a veces tormentosas, las emociones también se manifestaron, como leemos en la Palabra, en el Hijo del Hombre, Jesús. Debemos observar bien la conducta del Señor.
Es consolador pensar que el Maestro lloró. También estuvo triste como nosotros en muchos momentos de su vida, y por esto que nos enseña la Biblia sabemos que no estamos solos en los momentos difíciles, en momentos de agitación interior.
Pero también es glorioso saber que el Maestro tuvo, además de tristeza por la pérdida de un ser querido, una compasión especial por las multitudes que eran “como ovejas que no tienen pastor” (Mr 6:34); se emocionaba por pastorearlas, se conmovía por el motor del amor incondicional que lo llevó al sacri cio supremo de entregar su vida por sus amados.
Dios está con nosotros, movido, emocionado, apresurado por bendecirnos. Nos entiende y espera que nos mueva la misma compasión que agitó su corazón por las almas, que el mismo amor sin reservas que provocó sus lágrimas provoque las nuestras por un mundo que necesita la luz del Señor.
Que hoy y todos los días de nuestra vida seamos imitadores de Aquel que se conmovió frente al perdido.
Escrito por: Adrián Villarroel
Para compartir con los chicos:
................................................
Amor de paraguas
Mateo 28:20b
"...y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo»."
Cuando compras un paraguas, eliges el modelo que más te gusta, y te lo llevas a tu casa; pero solamente te acuerdas de él cuando está lloviendo.
Si deja de llover, rápidamente apoyas el paraguas en algún rincón y te olvidas de él.
Dios no es un paraguas.
Nuestra relación con Él no debe ser como la que nosotros tenemos con el paraguas.
Dios debe participar siempre en nuestras vidas, no debemos acordarnos de Él solamente cuando estamos en problemas o situaciones difíciles.
¿Te gustaría tener un amigo que solo te buscara cuando te necesita? ¿Y que cuando no te precisa, ni se acuerda de que existes?
Nadie quiere eso.
Recuerda esta enseñanza e invita a Dios a formar parte de tu vida cada segundo, comenzando desde ahora.
...............................................
▪️ Ahora que sabemos que es el amor paraguas, ¿podremos mejorar como tratamos a Dios y como nos acercamos a EL?
▪️ ¿Podrá ser, que alguna vez le diste amor de paraguas a alguien? ¿Que deberíamos hacer si fue así?
................................................
Comentarios
Publicar un comentario