· Imitando a Jesús·
· Imitar al Señor, un desafío que no termina ·
Antes de empezar el devocional, tomamos unos segundos para orar para que Dios nos guié, nos hable, nos muestre más de EL.
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El primer día del mes compartimos aquel pedido de Jesús. Hoy, estamos terminando estos más de treinta días de desafíos en lo espiritual.
El deseo de ser más como Él es para todos los que anhelamos seguirlo y servirle.
El mandato dado desde aquel tremendo escenario de humildad, de pasión y de amor hasta el fin.
El mensaje fue claro: ¡con las herramientas en las manos, hagan lo que yo hago! Esto es, valga la repetición, mirarlo y hacer lo mismo.
Sin dar lugar a cosas diferentes, es copiar al Señor sin modificaciones, sin arreglos mejores o competencias a la vida cristiana verdadera. Imitar. Accionar. Practicar. Vivir a Jesús.
Este es el proceso dinámico de crecimiento, donde mirar al Señor es tomar el compromiso de no volver a ser igual que antes, de seguir el cambio dejando lo malo y viviendo lo que agrada al Señor en todas las áreas de nuestro ser.
Como hemos visto en nuestros hijos cuando son pequeños y van creciendo, que empiezan a imitar a sus papás, seamos aquellos hijos de Dios que anhelan ser como Él.
Que el Señor guíe nuestra mente y corazón a la decisión de comenzar a no ser los mismos de ayer, a mejorar cada día, empezando a dar en vez de pedir, a servir en vez de exigir, a amar en vez de juzgar.
Vivamos el evangelio que manifiesta el amor infinito de Dios. Alabemos a Dios y demos gracias porque nos ha enseñado todo este tiempo a vivir mirándolo en las cosas simples y cotidianas, pero transformadoras de la vida en Cristo.
Cada día el Señor pondrá un nuevo desafío en nuestro camino que será la oportunidad perfecta para imitarlo.
Él nos ayudará por su poderoso Espíritu Santo desde el preciso instante que tomemos la firme decisión de creer y crecer, de su mano, guiados por su diestra a través de su santa Palabra.
Ejercitando los sentidos para discernir y triunfar sobre el mal, apuntando siempre a “la estatura de la medida de la plenitud de Cristo”.
Escrito por: Adrián Villarroel
Para compartir con los chicos:
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Ayudar a los otros
Mateo 10:42
Y cualquiera que como discípulo dé a beber aunque solo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad les digo que no perderá su recompensa».
Es muy común preocuparnos primero, y muchas veces, solamente por nosotros mismos.
¿A quien le importa el niño que golpea la puerta de nuestra casa para pedir alguna cosa?
¿Quien le presta atención al hombre que anda despeinado y oliendo mal por la calle?
¿Quién se interesa por otros?
Aquellos que no hacen eso, deberían hacerlo, porque es exactamente lo que Dios espera de sus hijos.
Sin embargo, debes tener cuidado para no colocarte en una situación de peligro cuando te relaciones con extraños.
Hay muchas maneras de ayudar a los otros sin correr ningún riesgo.
Piensa en cómo hacerlo, y luego conversa con un adulto de tu confianza, a fin de pedirle que él te ayude.
Y prepárate para ponerte contento, porque hacer el bien a los otros te brinda mucha felicidad.
No solo vamos a tener esa recompensa de la felicidad, si no, también, cuando estemos con Jesús en el cielo, vamos a recibir nuestra recompensa de El.
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Para los grandes:
▪️ Luego de 30 ejemplos, ideas para imitar a Jesús, ¿Cuantas has podido poner en practica?
Para los chicos y grandes:
▪️ De los ejemplos que se listan en el texto sobre ayudar al otro ¿Podemos agregar algunos ejemplos mas?
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Para los grandes:
▪️ Vamos a pensar en una de esas situaciones donde imitar a Jesús fue satisfactorio, y lo vamos a compartir con un hermano, para animarlo a que el también lo haga.
Para los chicos y grandes:
▪️ Ahora que tenemos los ejemplos que nos deja el texto, mas los que pensamos nosotros. Vamos a poner en practica ¡uno! Y vamos a dar gracias por la oportunidad de hacerlo.
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