· Imitando a Jesús·
· Sala de espera ·
Antes de empezar el devocional, tomamos unos segundos para orar para que Dios nos guié, nos hable, nos muestre más de EL.
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Es curioso ver a la gente en las salas de espera.
En los consultorios, las salas de guardia o para realizar algún trámite.
Aguardando por su turno, las actitudes, las caras y los comportamientos son de lo más variados. He visto gente leyendo, tejiendo, usando juegos de video, rezando, frotando estampitas o amuletos esperando evitar malas noticias quizás. Gente hablando con desconocidos, algunos caminando apresurados, otros llorando; ¡y a veces hasta durmiendo!
Muchas veces he pensado que la vida es en realidad una gran sala de espera, donde mucha gente está aguardando algo, su “turno”, su hora, su tiempo de ser escuchados y de recibir respuestas, de ser protagonistas de algo tal vez.
Mientras tanto ¿qué?
¡Las personas pasan el tiempo a menudo inútilmente! Se pierden esperando, literalmente.
Jesús fue cien por ciento Dios y cien por ciento hombre; sabía mucho de los tiempos divinos y humanos.
A lo largo de toda su vida sobre la tierra tuvo episodios de espera, pero también momentos precisos donde actuó de acuerdo a su misión, ya que desde su nacimiento y pasando por su adolescencia no fueron todos tiempos casuales, sino tiempos de propósito.
Aún el comienzo de su ministerio fue en el momento justo; la cruz, la muerte y la resurrección, todo en los días de los propósitos del Padre, en su plan eterno de salvación por amor a nosotros.
Que este sea un tiempo de propósito provechoso en nuestras vidas, en la sala de espera de la humanidad, siendo entendidos en los momentos de la obra del Señor.
Siguiendo el ejemplo que nos dio para lograr ser efectivos espiritualmente, llevando fruto en lo que nos toca, trabajando, estudiando, siendo hijos, siendo padres, siendo hermanos, siendo miembros de su Iglesia, que también en su tiempo Él vendrá a buscar.
Porque Él es aún Señor de los tiempos de espera y de acción. Amén.
Escrito por: Adrián Villarroel
Para compartir con los chicos:
Estoy aburrido… Estoy aburrido… No me gusta esperar…
Es incomodo, feo…
Me agarra electricidad en las piernas, en la cola y ¡no puedo estar quieto!…
Estoy aburrido…
A veces, nos puede pasar que tenemos que esperar, y parece que no hay opción, hay que esperar que mamá termine las compras en el súper, o hay que esperar que nos atiendan en el doctor, tal vez esperar que lleguen las visitas, y también esperar que se vayan!! ¡que largo se nos hace!
¿Saben que significa aburrido?
Es esa sensación fea, por no estar divirtiéndonos, o teniendo interés por algo.
Osea que para des aburrirme, o me tengo que divertir, o me tengo que interesar en algo.
Y que tal, si buscamos algo en lo cual interesarnos en esos momentos de aburrimiento.
Los que nos amigamos con Dios, por Jesus, tenemos superpoderes, ¿sabían?
Asi que, qué te parece, si la próxima vez que estés aburrido, vemos de usar nuestro superpoder, y miramos a nuestro alrededor, a ver qué podemos hacer.
Con los superpoderes activados podemos tener la mirada más amable con alguien triste, podemos ayudar a alguien que no puede pararse fácil, podemos abrir una puerta para que la gente pase, podemos decirle a mamá o papá todo lo que los amamos,
Nos vamos a sorprender las cosas que pasan en Jesús, cuando levantamos la vista, y miras más allá de lo que nos pasa a nosotros.
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▪️ ¿Hay muchos tiempos de espera en tu vida? ¿los aprovechas de buena forma? ¿o te gana la impaciencia ?
▪️ ¿Como podemos aprovechar los tiempos de espera, que no sea usando el celular?
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Para terminar vamos a tomar un lápiz y un papel, y vamos a copiar en la hoja el siguiente versículo:
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