· Cosas simples de la vida cristiana·
· Tu fe y su gracia ·
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¿Cuál es tu relación con Dios: de temor o de amor?
¿Qué clase de amante crees que es nuestro Dios: un amante condicional o comprometido?
Hay quienes pueden confundirte con la idea de un Dios que te mantiene a prueba cada día antes de decidirse si te dará vida eterna.
Hacen resonar advertencias tales como: “¡Cuidado, porque un error puede dejarte afuera de su cielo!” o “¡Jesús compró tu salvación, pero ahora deberás ganártela!” o “¡Nunca estés confiado, porque la salvación se pierde!”.
Nada de eso es cierto. Nosotros mismos nos cargamos con esos pensamientos. Confundimos el amor perfecto de Dios con el amor imperfecto de gente que conocemos aquí.
Y si hemos tenido un padre demandante llegamos a creer que Dios es así. Y si un amante nos ha abandonado llegamos a creer que Dios también podrá hacerlo.
Y en nuestros momentos de debilidad, cuando le fallamos a Dios, llegamos a pensar que tal vez Dios ha dejado de amarnos, y que ya no hay un cielo para nosotros.
Pero nuestro Salvador recuerda sus votos de amor: “Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad” ( Jer 31:3, NVI).
Una de las promesas de nuestro buen Pastor es la seguridad de la salvación. Seguridad de que su amor no se agota, su perdón es suficiente, su Espíritu es irrevocable, su mano nadie la tuerce.
Dios sabe lo vulnerables que somos y lo propensos que somos a echar a perder las cosas, por eso decidió que, para sus hijos, el logro de la salvación no dependiera de nosotros sino de su poder.
Él dice: “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano… de la mano del Padre nadie las puede arrebatar” ( Jn 10:28-29, NVI).
Escrito por: Fabián Ruiz
Para leer con los chicos:
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Para los chicos y grandes:
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Para los chicos y grandes:
▪️ Vamos a agradecerle a Dios por ser un papá tan bueno, le vamos a agradecer porque siempre está a nuestro lado guiándonos, cuidándonos y ayudándonos…
Vamos a compartir con otros la buena noticia de que Dios los ama, con palabritas, con un folleto, de la forma que sea… ¿sabes por qué?
¡Porque todos necesitamos un papá como nuestro Dios!
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