· Cosas simples de la vida cristiana·
· Un miedo más grande ·
................................................
...............................................
Una niña atravesó un importante desafío en su vida a los doce años de edad. Ella y una prima estaban pasando un buen día de ocio nadando en el río, cuando todo repentinamente cambió. La prima, sin darse cuenta, quedó atrapada en la corriente y por más que se esforzaba no podía escapar, corriendo el riesgo de ahogarse.
Mientras se hundía gritaba pidiendo ayuda. “No era muy buena nadadora y estaba paralizada por el temor”- cuenta ahora la niña-. “Pensé que si intentaba salvarla nos ahogaríamos las dos; pero entonces se apoderó de mí un mayor temor: el de no hacer nada y perderla”.
En consecuencia, se lanzó al agua y salvó a su prima. Todos enfrentamos temores al pensar en hablar a otros de Cristo. Diferentes temores acerca de diferentes personas: el temor al rechazo, el temor a hacerlo mal, el temor a no saber responder a sus preguntas, etc., etc.
Pero sobre todo esto, debe estar el temor a no hacer nada y que las personas se pierdan para la eternidad. Si nosotros callamos la buena noticia de Jesús, las personas se verán arrastradas por la corriente del mundo y se hundirán por el peso de sus pecados.
La historia de este ciego nos inspira a entender que, más allá de nuestras limitaciones, Dios puede usar nuestras vidas para que otros sepan del Salvador.
Hay un hábito simple pero poderoso que como cristiano debes desarrollar que consiste en contar tu historia personal.
Todos tenemos una historia con Jesús, o no seríamos cristianos. Puede tener o no ingredientes espectaculares, pero siempre tendrá el ingrediente del mayor milagro: vida eterna.
Vida eterna es una vida sobrenatural hoy que ni la muerte nos puede arrebatar.
No tengas miedo a las preguntas que no puedes responder, tenle miedo a las respuestas que ya no puedas callar.
Escrito por: Fabián Ruiz
Para leer con los chicos:
Muchas veces sentimos miedo de hablarles a otros del amor de Dios… ¿te pasó?
A veces ese miedito lo podemos sentir como vergüenza, y se nos ponen los cachetes colorados cuando intentamos hablar con alguien, a veces pensamos que no tenemos las palabras correctas para explicar bien el mensaje de Jesús, a veces podemos tener miedo de que las personas no quieran escuchar o que no quieran ser más nuestros amigos por intentar hablarles de Jesús…
La verdad es que, más triste que todas estas cosas, es que mientras las personas no conocen a Dios y no aceptan a Jesús como Su Salvador, se están perdiendo todo lo hermoso que Dios puede hacer en sus vidas, muchos de nuestros amiguitos y compañeros están pasando por problemas y tristezas solitos por no tener la compañía de Dios…
...............................................
Para los chicos y grandes:
................................................
Para los chicos y grandes:
▪️ Vamos a orar! Para que Dios nos dé las palabras y el momento justo para compartir con otros del amor de Dios, vamos a pedir la guía del Espíritu Santo para que Él nos ayude al momento de hablar.
Comentarios
Publicar un comentario