· Vivencias ·
· Talar conquistar ·
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Los hijos de José (las tribus de Efraín y Manasés) recibieron muchas tierras ricas, pero tuvieron miedo de echar fuera a los habitantes y tomar plena posesión de ellas; fueron a Josué y solicitaron más tierra.
Ellos se consideraban un pueblo grande, de hecho, lo eran, y la bendición de Dios estaba sobre ellos.
Josué reconoció estas características que ellos se atribuían y les pidió que talaran los bosques.
Pero ellos le plantearon un segundo escollo: sus enemigos contaban con armas modernas para la época.
Josué les lanzó un segundo reto: enfrentar a sus enemigos y conquistarlos:“Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, sino que aquel monte será tuyo; pues, aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.”(Josué 17:17,18).
Los hijos de José dijeron estar de acuerdo, tener la convicción de que Jehová estaba con ellos, pero no echaron a los cananeos del lugar (Jueces 1:27).
Al igual que en Josué, Dios vive en usted y tiene gran poder en su vida (Hechos 1:8; Filipenses 4:13); también como Josué, para lograr grandes victorias tendrá que librar grandes batallas.
Es tiempo de derrotar a sus enemigos —aquellas cosas con las cuales lucha día tras día.
Es tiempo de talar, tiempo de conquistar, y si“el enemigo viene como un río, el Espíritu de Jehová levantará bandera” (Isaías 59:19).
Si Dios es por nosotros, ¿quién en contra nuestra?
¡Aleluya!
Reconozcamos a quién pertenecemos y obtengamos la victoria en el nombre de Jesús.
Escrito por: Roberto Warton
Para leer con los chicos:
Se acuerdan de que habíamos hablado de que el pueblo de Israel iba a llegar a una tierra preciosa donde serían libres, ya no dependían de Egipto.
Esa tierra era a la que Dios los había guiado para que vivan.
Pero, cuando ellos llegaron encontraron que habían enemigos, y bosques gigantes, y ellos iban a tener que luchar y conquistar, iban a tener que talar esos bosques para poder plantar sus alimentos, criar sus animalitos y hacer sus casas…
Les esperaba mucho trabajo, pero ya no era un trabajo como esclavos, ¡no! Ahora era un trabajo en libertad, haciendo lo que Dios les decía para poder habitar ese lugar hermoso que Dios les había preparado.
Tampoco era algo que tenían que hacer solitos, sino que como Dios los había acompañado en el desierto, los seguía acompañando ahora a despejar el terreno.
A veces, nosotros también, para alcanzar los planes hermosos que Dios tiene para nuestra vida, tenemos que derrotar enemigos, como la vergüenza, la pereza, el miedo, tenemos que talar bosques de distracciones, desinterés, falta de tiempo, para despejar momentos, para poder tener tiempo con Dios, para poder hablar a otros de Jesús, para poder crecer en la fe…
Dios tiene planes geniales, pero quiere que pongamos manos a la obra, Dios está listo para ayudarnos, pero tenemos que dar el primer paso…
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Para los chicos y grandes:
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Para los chicos y grandes:

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