· Caminando con la familia de Abraham ·
· Nuevos horizontes ·
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Abram está preocupado, tiene incertidumbre y clama a Dios. El Padre, lleno de ternura, lo “lleva afuera”.
Iba a renovar su fe, tenía algo trascendente para decirle. Experimenta la fresca presencia personal, profunda, íntima de Dios.
Si le preocupa la situación de su familia, si siente que está casi al desmayo, perdiendo las fuerzas; si no sabe cómo comunicarse con su esposo o esposa, con sus hijos, cómo afrontar el tiempo presente, con sus diferentes situaciones, enfermedad, carencias, preocupaciones... piense en la ternura y el amor de Dios.
Él le lleva afuera, a un lugar que le permita tener una visión diferente; lo saca de su encierro y le revela su voluntad y propósito, poniéndolo en un sitio de refugio, de esperanza, de reflexión, de certidumbre. Dios procura lo mejor para su vida.
En segundo término, luche; ponga lo más de su parte, para que Dios lo tome y haga lo excelente en su vida.
Derramemos nuestra vida ante Dios y Él responderá. Cuando reconocemos la calidez del amor de Dios, nuestro corazón es confortado, renovado, un nuevo horizonte se abre delante de nuestros ojos y el panorama es distinto.
“Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová... Y Jehová se acordó de ella.” 1 Samuel 1:15 y 19.
Escrito por: Jorge Ferrari
Para leer con los chicos:
Te acordás que veíamos ayer que Dios le recordó a Abram Su promesa una vez más; bueno, resulta que pasó el tiempo y Abram volvió a andar preocupado por esto de que Dios le había prometido tener un hijito y aún no llegaba, entonces Dios lo visita y le habla, pero antes, lo lleva afuera, para mostrarle el cielo llenito de estrellas.
¡Me imagino a Abram mirando el cielo estrellado fuera de su carpa!
Cuando Abram estaba mirando las estrellas, Dios le dijo: tu descendencia, hijos, nietos, bisnietos, serán como las estrellas del cielo, van a ser tantos, tantos que no vas a poder contarlos, ¡ qué tremendo!
Abram pasó de estar en su carpa preocupado por sus pensamientos a estar afuera, asombrado ante lo hermoso del cielo estrellado, y recibiendo de parte de Dios, una vez más, la promesa.
Dios no dejó solito a Abram con su preocupación y tampoco nos deja solitos a nosotros con nuestros problemas.
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Para los chicos y grandes:
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Para los chicos y grandes:
▪️ Vamos a pedirle a Dios que nos lleve afuera, que podamos ver los problemas como parte de Su plan y nos ayude a recordar Sus promesas.

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