· La vida del Espíritu ·
· Todo por amor ·
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Cuando el historiador cristiano Tertuliano escribió su frase: “la sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”, Él no estaba repitiendo algo que había leído sino algo que veía constantemente.
Para ese momento, el siglo II d.C., miles habían dado su vida por la causa de Jesús.
¿Qué los impulsaba?
La respuesta es amor. Tan grande es el amor que Jesús nos tiene que terminamos rendidos a Él.
No es un amor que nos hallamos ganado, “nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Jn 4:19).
Y como aquellos esclavos que recibían libertad pero decidían quedarse por amor (Ex 21:5-6), nosotros nos entregamos voluntariamente a nuestro Dueño.
Querer vivir con cualquier otra motivación solo produce desgaste.
¿Cuáles son tus motivaciones?
Si no es amor, entonces tus fuerzas se acabaran pronto. Pero si es el amor que Dios te dio, que quiere volver a salir y expandirse, entonces el mundo entero está a tu disposición.
Solo podrán detenerte si te matan, y si por voluntad de Dios eso sucediera, aun tu muerte seguiría hablando con fuerza.
Termino con las palabras de Richard Williams, cirujano inglés y compañero de Allen Gardiner, ambos del grupo de misioneros que dieron todo por traer el evangelio a los nativos de Tierra del Fuego.
Un día antes de morir en medio de la enfermedad, el hambre y el frío, Él escribió:
“Ah, soy feliz día y noche, hora por hora, dormido o despierto soy feliz más allá de donde llega el pobre alcance del lenguaje.
Mis goces están con Aquel cuyos deleites han estado siempre con los hijos de los hombres y mi corazón y espíritu están en el cielo con los benditos. He sentido cuán santa es esa compañía.
He sentido cuan puros son sus afectos y me he lavado en la sangre del Cordero (...)
Podría agregar mucho más, pero mis dedos me duelen del frío, y debo envolverlos en mis ropas; pero mi corazón, mi corazón está cálido, cálido con alabanza, acciones de gracias y amor a Dios mi Padre, y amor a Dios mi Redentor.”
Escrito por: Andrea Almirón de Pauli
Oramos
Señor, tu amor por mí es tan grande que no lo puedo entender.
Gracias por amarme incondicionalmente.
Hoy dejo que eso me llene por completo, y que vuelva a salir para transformar a muchos.
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