· La vida del Espíritu ·
· Aventuras en territorios desconocidos ·
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La Iglesia que conocemos comenzó con un acto arriesgado. Los primeros en creer en el mensaje del evangelio fueron judíos.
Jesús, como hombre judío, creció y predicó su mensaje en la misma sociedad a la que pertenecía. Al morir, sus seguidores siguieron llevando el mensaje solo a sus compatriotas.
Un tiempo después se desató una persecución contra estos seguidores, obligándolos a escapar de Jerusalén.
En el camino,ellos siguieron compartiendo las buenas noticias de Jesús.
A veces no nos damos cuenta cómo lo que estamos acostumbrados a hacer nos lleva a actuar siempre igual, cerrándonos los ojos a nuevas oportunidades.
Los primeros cristianos habían visto al Señor llevar su mensaje solo a personas judías. Y es así, que quizás olvidando o malinterpretando las últimas palabras de su Maestro, siguieron haciendo discípulos solo entre las comunidades judías de
aquellas ciudades por las que pasaban.
“Sin embargo...” dice el escritor Lucas, hubo personas que decidieron actuar distinto.
¿Cómo podríamos saber cuál fue su motivación?
Quizás al pasar por las calles de Antioquía, una ciudad que adoraba a otros dioses y tenía costumbres que eran distintasa las suyas, se les abrieron los ojos.
Toda esa gente nunca había escuchado hablar de un Dios que los amaba. Ellos vivían sus vidas sin conocer que había un camino nuevo, tan solo por haber nacido en el lugar incorrecto. Estos revolucionarios se dieron cuenta de la locura de creer que Dios no amaba a algunos, solo porque eran distintos.
En ese momento, el mensaje de Jesús comenzó a recorrer calles en donde se hablaban otros idiomas, se comían otras comidas y se cantaban canciones distintas a las de su Israel natal.
Imagínate los nervios y la adrenalina que habrán sentido al hacer algo que nunca antes se había hecho. Las aventuras no vienen cuando dejamos que las costumbres nos digan cómo vivir.
Si abrimos los ojos y miramos a nuestro alrededor, vamos a comenzar a ver nuevas oportunidades.
Lo que a muchos le pareció rebeldía, fue en realidad el Espíritu susurrando una pregunta:
¿Te animas a lo desconocido?
Escrito por: Andrea Almirón de Pauli
Oramos
Señor, abre mis ojos para que vea las oportunidades que me das y quita todo prejuicio y miedo que me quiera detener.
Quiero llevar tu amor por donde vaya, aun cuando eso requiera pensar y actuar de una manera diferente a lo que estoy acostumbrado.
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