· Siendo la vid de Dios ·
................................................
................................................
Estas palabras fueron dichas para humillación de los que forman el pueblo de Dios.
Se les llama vid de Dios, pero ¿qué son ellos, por naturaleza, más que los otros?
Por la bondad de Dios llegaron a ser fructíferos, después de haber sido plantados en buen terreno.
El Señor los ha guiado y sostenido por los caminos más difíciles y así llevan fruto para su gloria.
Pero, sin Dios, ¿qué son?
¿Qué son sin la influencia continua de su Espíritu? Qué es El que los hace dar frutos.
¡Oh, creyente!, aprende a rechazar el orgullo, viendo que no tienes nada para tenerlo.
Seas lo que fueres, no tienes nada por lo que puedas mostrarte orgulloso.
Cuanto más tienes más debes a Dios, y tú no deberías estar orgulloso de lo que te hace deudor.
Considera tu origen. Mira atrás a lo que eras.
Considera lo que serías si no fuese por la gracia divina.
Mírate tal cual eres ahora.
¿No te reprocha tu conciencia?
¿No están delante de ti tus mil errores y faltas diciéndote que no eres digno de ser llamado su hijo?
Y si el Señor te ha cambiado en algo...
¿No te das cuenta de que es la gracia de Dios lo que te ha hecho cambiar?
Creyente, tú habrías sido un gran pecador, si Dios no te hubiese cambiado.
Tú, que ahora te muestras valiente en defensa de la verdad, si la gracia no te hubiese alcanzado, te mostrarías valiente en defensa del error.
Por lo tanto, no seas orgulloso.
Aunque ahora tienes una rica herencia, y una amplia posesión de gracia, nunca tuviste una simple cosa que pudiese llamarse exclusivamente tuya, excepto tu pecado y tu miseria.
Extraña obsesión es ésta, que habiendo tú pedido prestado todo lo que tienes, pienses ahora en exaltarte a ti mismo.
Que aun siendo tú un pobre inválido, dependiente de la generosidad de tu Salvador, y uno que tiene una vida que se terminaría si no fuese por el manantial de vida que viene de Jesús, seas, sin embargo, orgulloso.
Increíblemente tonto eres, corazón obstinado.
¡Chicos!:
Hoy Charles, nos invita a pensar si hay alguna diferencia entre los que se amigaron con Dios, y los que aun no lo han hecho.
¿Habrá alguna diferencia?
¡¡Si!!
Dios esta haciendo de las suyas en sus hijos.
Los esta volviendo mas buenos, más amables, mas atentos a los demás, más cariñosos, más respetuoso de sus padres.
¡Y esto, es solo gracias a El!
Si Jesús no esta en nuestra vida, no vamos a parar de portarnos cada vez peor.
El hace la diferencia no nosotros.
Gracias a Dios por eso.
Escrito por: Charles Spurgeon
(Adaptado)
Ahora que terminaste de leer o escuchar, te recomendamos que tomes un tiempo para pensar y orar.
Si es necesario, volvelo a escuchar o leer.
Dios te bendiga grandemente.
Comentarios
Publicar un comentario