· Lo imperfecto perfecto ·
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¿No sientes en tu propia alma que la perfección no está en ti?
¿No te enseña esto mismo la experiencia de todos los días?
Cada lágrima que sale de tus ojos llora "imperfección"; cada suspiro que brota de tu corazón habla de "imperfección".
Cada palabra áspera que sale de tus labios indica "imperfección".
Conoces bastante bien tu propio corazón como para ni soñar siquiera que pueda haber en ti alguna perfección.
Pero en medio de este conocimiento de tu imperfección, hay para ti un consuelo: tú eres "perfecto en Cristo Jesús".
En la presencia de Dios, eres "completo en él".
Ahora mismo eres "aceptado en el Amado".
Pero hay una perfección que aun tiene que realizarse y que es segura para todos los llamados.
¿No es agradable mirar hacia adelante, al tiempo cuando toda mancha de pecado que tenga el creyente le será quitada?
¿Y cuando sea presentado delante del trono sin falta, sin mancha, sin arruga ni nada semejante?
La Iglesia de Cristo será entonces tan pura que ni aun el ojo de la Omnisciencia verá en ella mancha o tacha alguna.
Será tan santa y gloriosa que Hart no exagera cuando dice: "Vestido con las ropas de mi Salvador seré santo como él es santo".
Entonces conoceremos, probaremos y sentiremos la felicidad de esta profunda verdad: "Completos en Cristo".
Hasta que no lleguemos a ese momento, no comprenderemos plenamente las alturas y las profundidades de la salvación de Jesús.
¿No salta de alegría tu corazón al pensar en esto?
Negro como eres, serás blanco un día; manchado como eres, serás limpio.
¡Es ésta una maravillosa salvación!
Cristo toma un gusano y lo transforma en un ángel.
Toma algo negro y deformado y lo hace limpio e incomparable en gloria y en belleza.
Poniéndolo en condiciones de estar con los serafines.
¡Oh, alma mía, detente y mira con mucha atención esta bendita verdad de perfección en Cristo!
Chicos:
Imaginemos algo juntos.
Jugando, manchamos nuestras ropas y manos con grasa y ceniza bien negra.
Y es tan pegajosa que no la podemos sacar.
No solo que no la podes sacar, si no, que por donde vas, manchas todo lo que tocas y pisas.
Luego, viene tu papá, y empieza a preguntar a todos, quien fue el que ensucio todo.
Ya no hay forma de esconderte, porque vas dejando el caminito de suciedad...
Así que estas ahí, sucio, oloroso y a la espera de que llegue el castigo por todo lo que hiciste.
Pero en ese momento, aparece mamá, con un producto anti grasa buenísimo.
Te baña a vos, limpia tus ropas, y limpia todo lo que vos ensuciaste.
Ahora todo esta limpio, brillante y perfumado. Tanto que ya papá no puede ver que paso antes.
¿Que salvada no?
Lo salvada que Jesús hace por nosotros, ¡es mucho mucho mas grande y genial que esto!
Y aun, no ha llegado lo mejor, ¡pero ya viene!
Escrito por: Charles Spurgeon
(Adaptado)
Ahora que terminaste de leer o escuchar, te recomendamos que tomes un tiempo para pensar y orar.
Si es necesario, volvelo a escuchar o leer.
Dios te bendiga grandemente.
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