"Y habitó Isaac junto al pozo del Viviente que me ve"
Génesis 25:11
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Allí Agar fue librada una vez de su prueba, e Ismael bebió de las aguas que tan benignamente le mostró el Dios que vive y que ve a los hijos de los hombres. Génesis 21:14-20
Pero esta era solo una visita casual, como las que hacen los que no lo conocen al Señor en tiempo de necesidad y para su propio provecho.
Gritan por ayuda a El cuando sufren pero lo olvidan cuando les va bien.
Isaac, en cambio, vivió allí, y el pozo del Dios que vive y que todo lo ve, fue su constante fuente de provisión.
El contenido normal de la vida del hombre y el lugar donde su alma constantemente esta, son la verdadera prueba de fuego de su estado espiritual.
Lo que recibió y experimentó por gracia Agar impresionó la mente de Isaac y lo condujo a respetar mucho aquel lugar.
Su nombre místico ganó su cariño. Beer Lajai Roi, que significa "El pozo del Viviente que me ve".
Las frecuentes meditaciones que Isaac tuvo sobre el borde de este pozo, a la hora de la tarde, hicieron que él se familiarizara con este lugar.
El encuentro que en ese lugar había tenido con Rebeca hizo que su espíritu se sintiese cómodo allí.
Pero fue especialmente el hecho de haber gozado allí de íntima comunión con el Dios viviente lo que hizo que Isaac eligiese ese lugar santificado como suyo.
Aprendamos a vivir en la presencia del Dios vivo.
Oremos para que en este día y en todos los días podamos experimentar esta verdad: "Tú eres el Dios de la Vista".
Que el Señor sea para nosotros como un pozo delicioso, confortante, seguro, que nos lleve a la vida eterna.
Las botellas de las personas se rompen y se secan, pero el pozo del Creador nunca falla.
¡Feliz es el que habita junto al pozo y así tiene a mano abundantes y continuas bendiciones!
El Señor ha sido a otros un constante ayudador; su nombre es Shaddai, Dios todopoderoso.
Nuestros corazones han tenido frecuentemente muy hermosas interacciones con Él.
Por intermedio del Padre nuestras almas hallaron al glorioso esposo, el Señor Jesús.
Por eso, mantengámonos en estrecha comunión con él.
Escrito por: Charles Spurgeon
(Adaptado)
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Si es necesario, volvelo a escuchar o leer.
Dios te bendiga grandemente.
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