“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante”.
Hebreos 12:1 (NTV)
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La palabra más importante a recordar para el camino espiritual puede ser una muy sorprendente: “No”.
Tu camino de fe es largo.
Hay demasiadas personas que empiezan bien en su camino espiritual, pero caen antes del final.
Dios quiere que vayas más lejos.
Tienes un maratón delante de ti, y no puedes correr el maratón con una barra de pesas en tus manos.
A menudo, las personas abandonan su camino de fe antes de tiempo, porque todas las cargas que están llevando los hacen desviarse de este.
Tenemos que quitarnos lo que nos estorba.
Un crucero puede ir muy rápido en medio del agua. Si le añades cien botes salvavidas, reducirá su velocidad.
Conecta una batería a una bombilla y durará mucho. Conéctala a 15 y se agotará mucho más rápido. Conéctala a 100 y se agotará aún más rápido.
Eso es lo que nos pasa cuando tratamos de hacer demasiado.
A veces, hacer el bien nos impide hacer lo mejor.
Hebreos 12:1 dice: “Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar” (PDT).
Las cargas no son malas; no son pecaminosas.
Solo son innecesarias. Podría ser un trabajo, una relación, o un pasatiempo.
Es algo que te retrasa de lo que Dios quiere para tu vida.
Y no valen la pena.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Cuáles son los pesos que están frenando tu caminar? ¿Qué vas a hacer al respecto?
- ¿Cuáles son las cosas buenas que estás haciendo que podrían evitar lo mejor que Dios tiene para ti?
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