Día 29: Cumple tu asignación
................................................
Cuando nacemos de nuevo y pasamos a ser hijos de Dios, tenemos como misión servirle y hacer buenas obras que Él ya preparó.
No estás aquí para simplemente consumir los recursos de la tierra, sino para mostrar a Cristo, para ser una expresión de su amor y gracia para con todos.
Como vemos en Efesios 2:10, fuiste creado de nuevo en Cristo Jesús para cumplir con las buenas obras que Dios dispuso de antemano.
Este servicio no es opcional para el creyente; es un mandato y una parte integral de tu vida cristiana.
Tu vida tiene un significado más allá de lo temporal, y Dios te ha llamado a desempeñar un rol específico en su reino.
Al recibir a Cristo, no solo salvos para escapar de las consecuencias del pecado, sino que somos llamados a un servicio activo.
Como lo expresó Juan en su evangelio, Jesús cumplió su propósito al hacer la obra que el Padre le encomendó.
De la misma manera, cada uno de nosotros tiene una obra asignada por Dios.
Fuimos comprados por un alto precio, un gran sacrificio, este sacrificio demanda que vivamos para la gloria de Dios, ofreciendo nuestras habilidades y talentos para su servicio.
No debemos vivir para nosotros mismos, sino para quien nos trajo a la vida y no liberó del pecado.
Cada creyente tiene un "ministerio", lo cual no significa que solo pastores o líderes eclesiales son llamados al servicio.
El ministerio es para todos los miembros del cuerpo de Cristo.
"Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros." (1 Pedro 4:10)
No hay servicio insignificante en el reino de Dios, pues tanto el trabajo visible como el invisible son necesarios para que el cuerpo de Cristo funcione adecuadamente.
Cuando lleguemos al final de nuestras vidas, Dios nos pedirá cuentas de cómo hemos utilizado nuestro tiempo y nuestros dones.
Romanos 14:12 nos recuerda que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios por su vida. Dice: “De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.”
No seremos juzgados por cuántas riquezas acumulamos o cuán exitosos fuimos en términos terrenales.
Vamos a ser evaluados por cuanto dimos gloria a Dios y mostramos de Él a todos, mediante el amor al prójimo y el servicio desinteresado, sin esperar nada a cambio.
Por lo tanto, cumple tu asignación con alegría y gratitud, sabiendo que, si has nacido de nuevo, lo has hecho para una misión divina.
Comentarios
Publicar un comentario