Día 6: "Su función en la vida es temporal"
“Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados,¡y cuán fugaz es mi vida!”
Salmo 39:4 (NTV)
................................................
Nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo.
Pedro nos recuerda que somos "residentes temporales" en este mundo (1 Pedro 1:17 NTV), y Pablo subraya que "nuestra ciudadanía está en los cielos" (Filipenses 3:20, NBLA).
Esto significa que, aunque estamos en la tierra, no debemos apegarnos a lo temporal ni vivir según los valores y prioridades de este mundo.
En lugar de eso, somos llamados a vivir como embajadores de Cristo, representando a nuestro verdadero hogar mientras cumplimos nuestra misión aquí.
Dios permite que sintamos cierto descontento en esta vida, recordándonos que no es nuestro destino final.
Tal como un pez nunca sería feliz en tierra firme, nosotros nunca encontraremos completa satisfacción aquí, porque fuimos creados para algo más grande: la eternidad con Dios.
Este descontento es una señal de que hay algo mejor esperándonos, y nos ayuda a mantener nuestra mirada en lo que realmente importa.
Vivir con la perspectiva de que nuestra vida aquí es temporal altera radicalmente nuestros valores y prioridades.
Como C. S. Lewis observó: "Todo lo que no es eterno es eternamente inútil."
La Biblia nos anima a "fijar nuestros ojos no en lo que se ve, sino en lo que no se ve" (2 Corintios 4:18).
Esto significa que debemos invertir en lo eterno, en lo que perdurará más allá de esta vida, en lugar de centrarnos en logros temporales o posesiones materiales.
Finalmente, es vital recordar que nuestra verdadera recompensa no está aquí, sino en la eternidad.
Los grandes héroes de la fe vivieron con esta verdad en mente, sabiendo que lo mejor está por venir.
Como se dice en Hebreos 11:13-16, ellos anhelaban una patria celestial, y Dios no se avergüenza de llamarlos Sus hijos, Él les ha preparado una ciudad para compartir con ellos.
Cuando enfrentamos dificultades y dudas, debemos recordar que aún no hemos llegado a casa; nuestra mas importante recompensa nos espera en la presencia de Dios.

Comentarios
Publicar un comentario