Día 30: Nacidos de nuevo para servir a Dios
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Efesios 2:10
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Dios te ha hecho nacer de nuevo con un propósito más, y es el de servirle, el vivir para Él.
Desde el principio de la creación, Él ha dotado a cada ser viviente con habilidades únicas para cumplir su función en el mundo.
Algunos animales corren, otros vuelan o nadan, cada uno diseñado para su rol particular.
Lo mismo ocurre con nosotros como seres humanos: fuimos creados con una función en mente.
Antes de que tú existieras, Dios ya tenía en mente un propósito para ti, un ministerio específico que reflejara Su gloria.
Pablo nos lo deja claro en Efesios: “Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.”.
Este versículo enfatiza que tú no eres un accidente, sino una obra de arte creada por Dios.
La palabra griega que se usa para "hechura" es "poiema", de donde viene nuestra palabra "poema".
Tú eres una expresión artística de Dios, hecho a mano y con un diseño único.
Como David lo expresó: "Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho…” (Salmo 139:14, NBLA).
Tus habilidades, talentos y experiencias no son casuales; Dios ha mezclado intencionadamente cada detalle para que puedas cumplir el propósito para el que te creó.
Dios no desperdicia nada en tu vida, ni tus dones, ni tus experiencias, ni tus luchas.
Incluso esas áreas qué te parecen difíciles o dolorosas tienen un propósito, porque todo lo que has vivido es parte del proceso formativo de Dios para que ministres a otros.
Cada día que pasa está registrado en Su libro (Salmo 139:16) y Él lo utiliza todo para perfeccionarte en tu vida y servicio.
“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.” (Romanos 8:28)
Dios no solo te ha dado dones espirituales para ministrar, sino que también ha puesto pasiones en tu corazón que revelan cómo puedes servir mejor.
"Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres" (Colosenses 3:23, NBLA).
Aquello que amas hacer, lo que te apasiona, es una pista sobre cómo Dios quiere usarte.
Cuando sirves con el corazón, lo haces con gozo y excelencia, y así das testimonio de la obra de Dios en tu vida.
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