Día 18: "Viviendo la vida juntos"
"Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo…"
Colosenses 3:15 NBLA
“Miren cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.”
Salmos 133:1
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La mejor forma de vivir esta vida, es de acuerdo con los consejos que nos da Dios en su palabra; buscando el bien de los demás, compartiendo todo lo bueno, llevando las cargas los unos de los otros, animando la fe, y mucho más.
Pablo le dice a los Tesalonicenses, que disfrutaban compartir sus propias vidas con ellos. (1 Tesalonicenses 2:8)
Dios nos creó para experimentar la vida en comunidad, lo que la Biblia llama "comunión".
La comunión verdadera va más allá de asistir a los servicios dominicales; significa vivir la vida juntos, en amor y sinceridad.
La Escritura nos muestra que estamos llamados a "llevar las cargas unos de otros" y a animarnos en la fe.
La verdadera comunión se da mejor en grupos pequeños, como lo hizo Jesús con Sus discípulos.
En estos espacios, aprendemos a amarnos desinteresadamente, a compartir nuestras vidas y a servirnos unos a otros.
Son los lugares donde el cuerpo de Cristo se hace real y tangible.
Somos animados a estar comprometidos en grupos pequeños dentro de la iglesia para crecer espiritualmente; podemos meditar en las palabras de Jesús: "Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:20 NVI).
En estos grupos pequeños podemos abrirnos unos con otros en sinceridad y humildad. Compartimos nuestras luchas, confesamos nuestros fracasos, y pedimos oración y apoyo.
El apóstol Juan nos aclara: "Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros" (1 Juan 1:7 NBLA).
La transparencia requiere valentía, pero es el único camino para crecer espiritualmente y ser sanados: "confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados" (Santiago 5:16 NBLA).
En la comunión verdadera, también experimentamos el dar y recibir.
Recordemos lo que dice en 1 Corintios 12:27 NTV: "Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo.".
Este compañerismo implica compartir nuestras cargas y nuestras alegrías, animándonos y sirviéndose mutuamente, Pablo animaba a que se esforzaran en actuar para estar en paz, y trabajando en el crecimiento de todos. (Romanos 14:19 NVI).
Finalmente, la comunión genuina nos lleva a mostrar compasión. No solo damos consejos, sino que caminamos juntos en los momentos de dolor y dificultad.
Ser parte de un grupo pequeño es vital para experimentar el amor y la misericordia de Dios, y para aprender a perdonar y a mostrar la misma gracia que Dios ha tenido con nosotros.
Ahora que terminaste, algo para pensar:
¿Ya sos parte de un grupo pequeño?
Te animamos a que pronto te sumes a uno.

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