Día 5: "Viendo la vida desde la perspectiva de Dios"
“¿Qué es tu vida? Es solo una neblina que aparece por un momento y luego se desvanece.”
Santiago 4:14b (NVI)
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La manera en que percibes la vida moldea profundamente cómo la vives.
Jesús y los apóstoles nos enseñan que nuestra perspectiva define nuestras prioridades, influye en nuestras decisiones y determina nuestro destino eterno.
En lugar de dejarnos llevar por las metáforas comunes del mundo, como ver la vida como un juego o una carrera, la Biblia nos llama a ver la vida desde la perspectiva de Dios, donde cada momento es significativo y cada decisión tiene un peso eterno.
La vida, según las Escrituras, es una prueba constante.
Dios nos examina para revelar y desarrollar nuestro carácter, nuestra fe y nuestra obediencia.
Desde Abraham hasta Jesús mismo, vemos que las pruebas son parte del caminar con Dios.
"Dios probó a Abraham" (Génesis 22:1, NBLA), y lo mismo hace con cada uno de nosotros, actuando de forma que todo nos ayude a parecernos más a Jesús.
Estas pruebas son oportunidades para crecer y mostrar nuestra confianza en Él.
Además, la vida es un encargo. Todo lo que poseemos, desde nuestras habilidades hasta nuestros recursos, es un préstamo de Dios, confiado a nosotros para administrarlo fielmente.
El mundo y todo lo que hay en él, le pertenece al Señor. (Salmo 24:1).
Como administradores, se nos pedirá cuentas de cómo hemos manejado lo que Dios nos ha dado.
Jesús ilustró esta verdad en la parábola de los talentos, donde los siervos fieles fueron recompensados por su diligencia (Mateo 25:21).
Saber que la vida es una prueba y un encargo cambia nuestra perspectiva sobre todo lo que hacemos.
Cada acción, por pequeña que sea, tiene repercusiones eternas. Jesús nos recuerda que "quien es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel" (Lucas 16:10).
Vivir con esta conciencia nos impulsa a ser fieles en todas las áreas de nuestra vida, sabiendo que Dios nos observa y está dispuesto a recompensar nuestra fidelidad. (Hebreos 4:13)
Finalmente, nuestra perspectiva sobre la vida debe ser moldeada por la verdad de que todo lo que tenemos proviene de Dios y, al final, regresaremos a Él.
Vivamos con esta certeza, confiando en que Dios nos da la gracia necesaria para superar las pruebas y ser buenos administradores de todo lo que Él nos ha confiado.
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