Engrandezcan al Señor conmigo,
Y exaltemos a una Su nombre.
Salmos 34:3
................................................
Todos deberíamos tener una pasión consumidora por que el mundo entero conozca a Dios como Aquel siempre presente que nunca nos dejará ni nos abandonará…
El salmista en el Salmo 34 invita a todos a unirse a Él para «engrandecer» al Señor.
¡Qué idea tan extraña!
A primera vista parece bastante ridícula.
Dios es el Eterno, que existe por sí mismo, absoluto y perfecto en todos sus atributos.
¿Cómo puede un débil ser humano engrandecer a un Ser así?
¿Cómo podemos hacer a Dios grande o más grande (que es lo que entendemos por exaltar)?
Y, sin embargo, si nos damos cuenta de la forma en que el salmista utiliza el término, veremos exactamente lo que quiere decir.
No quiere decir que podamos añadir algo a la grandeza de Dios, porque eso es imposible; quiere decir que su preocupación es que esta grandeza de Dios sea mayor a ojos de los hombres.
Así es que nosotros, en este mundo, podemos magnificar el nombre de Dios.
Podemos hacerlo con palabras y con nuestra vida, siendo reflejos de la grandeza y la gloria de Dios y de sus gloriosos atributos.
Ese es el significado de la petición del Padre Nuestro en Mateo 6:9.
Esto significa un deseo ardiente porque el mundo entero se incline ante Dios en adoración, en reverencia, en alabanza, en culto, en honor y en acción de gracias.
¿Es ese nuestro deseo supremo?
¿Es eso lo que está siempre en nuestra mente cuando oramos a Dios?
Cuando te acercas a Dios, dice nuestro Señor, y, de hecho, aunque te encuentres en condiciones y circunstancias desesperadas, puede ser que con alguna gran preocupación en tu mente y en tu corazón.
Incluso entonces, dice, detente por un momento y recuerda, y toma conciencia de esto, que tu mayor deseo debe ser que este maravilloso Dios sea honrado, sea adorado, sea magnificado entre la gente.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Qué verdad aprendiste hoy?
- ¿Cómo vas a orar ahora?
- ¿Qué va a modificar en tu vida lo aprendido?
Comentarios
Publicar un comentario