1 Corintios 13:4 NBLA
"El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante."
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No resulta poco frecuente ver que hay mucho amor en el pecho, y, sin embargo no es ese amor que hace que cumplamos la ley de Cristo.
Es posible que no haya impureza en ese amor, ni siquiera egoísmo, pero, aun así, puede que no esté gobernado por principios o restricciones cristianas.
Es un amor terrenal.
Por eso era necesario que un capítulo especial de la Biblia se dedicase a la exposición de las verdaderas características del amor divino.
Una de sus características principales, que que hace que sea distinto del afecto que es tan común entre los seres humanos, es la de que el amor es sufrido.
Es sufrido y benigno.
Oh, amoroso Señor Cristo, Tú has mostrado la abundancia de tu paciencia como patrón de aquellos que deben creer en ti para vida eterna.
Ayúdame a soportar mansamente tal y como Tú lo hiciste, las ofensas que intentan destruir el amor pero no lo logran.
Ayúdame a mantenerme constante, en amar, y ser paciente, bondadoso, generoso, mas allá de todo lo que pase. Siempre guiado por tu Espíritu.
Haz que siempre ejercite la benignidad que existe en un amor sufrido, para alabanza de tu gracia.
Que todos puedan notar, que soy un digno hijo tuyo, que tu persona sea puesta en alto, por lo que vean en mi.
Todo, para tu gloria y honor.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Qué verdad aprendiste hoy?
- ¿Cómo vas a orar ahora?
- ¿Qué va a modificar en tu vida lo aprendido?
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