1 Pedro 2:21-23 NTV
"Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.
Él nunca pecó y jamás engañó a nadie. No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia."
................................................
Para ganar en mansedumbre y vencer el enojo, ten cuidado de no ser demasiado curioso.
Si escarbas en todo lo que sucede en la familia, hay muchas probabilidades de que encuentres algo que te haga enfadar.
No tomes nota de cada pequeña falta de tu compañero, ni de cada pequeña ofensa de tu esposa o hijos.
Tienes que mirar como si no vieras para tener un espíritu manso.
Piensa también que el enojo es darle una oportunidad al diablo.
¿Estás en un arranque de ira?
El diablo va a intentar tentarte a que hagas algún mal.
Los cazadores tiran piedras a los arbustos para hacer que los pájaros se asusten y caigan en la trampa.
Del mismo modo en el enojo, el diablo intenta llevarte a algún pecado.
Piensa detenidamente en el ejemplo de Cristo.
Esto es de gran ayuda contra la ira y el enojo.
Considera lo manso del Señor.
Cuando Dios trató con Caín y Jonás en medio del pecado y la ira de estos, empleó mucha mansedumbre y gentileza.
Piensa en cómo Dios trata con sus pobres criaturas, y no será una deshonra para ti tratar igual con tus compañeros e hijos que no son tan ofensivos contigo como tú lo eres con Dios.
Una esposa preguntó a su esposo cómo podía contenerse cuando le hacían tantos males y lo ofendían tanto.
Él dijo: voy y medito en las ofensas y malos tratos que tuvo Jesucristo, en cómo Él fue un cordero, y no paro de meditar hasta que mi espíritu se calma.
Considera sus heridas y sus ofensas, y cuan gentil y mansamente las soportó.
¡Que forma tan especial de vivir!
En medio de la rabia, pon el manso cordero delante de ti.
Cuando le maldecían no respondía con maldición, y, cuando sufrió, no amenazaba.
Se confió al Padre, que juzga justamente (1 Pedro 2:23).
No dejes de poner el ejemplo de Cristo Jesús delante de ti y eso será un medio especial para calmar tu espíritu.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Qué verdad aprendiste hoy?
- ¿Cómo vas a orar ahora?
- ¿Qué va a modificar en tu vida lo aprendido?
Comentarios
Publicar un comentario