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Puede ser que llenes formularios solo porque ese es tu trabajo. Puede que sirvas café como un deber, tener una corta conversación por cortesía, o visites clientes potenciales para obtener ganancias. En cualquier día de trabajo, haces más actividades de las que eres consciente, por muchas más razones de las que puedes contar.
Tú realizas ciertas actividades en automático; y otras son rutinarias. Y hay actividades que realizas como si fueras hecho para eso…y posiblemente así sea.
Este versículo lo cambia todo al decirnos que no importa lo que hagamos, debemos hacerlo por más que solo hacerlo. Entonces podemos decir que debemos trabajar con un “doble motivo”. Cumplir con las tareas y trabajar para Cristo. La segunda es la más importante.
Cada tarea aburrida cambia cuando la haces para tu Creador. Él es a quién amas. Él es quién te ama. Este amor mutuo te pone a trabajar. Eso te obliga a esforzarte para hacer que tus actividades sean un regalo para Él.
Sí puedes servir a Cristo al completar esos formularios sin sentido, al servir ese café, al escuchar a tus colegas, al vender a tus clientes lo que necesitan. Pero la “salsa secreta” es tu “doble motivación”.
No merecemos una recompensa por todo esto. Después de todo, lo hacemos por amor a Cristo, y Él nos dio este amor desde el principio. Y en este versículo, lo deja claro. Él nos recompensa por cada cosa pequeña. Él está al servicio de sus siervos. ESO ES VERDADERO AMOR.
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▪️ Mientras leías, ¿qué llamó tu atención? ¿Qué vino a tu mente?
▪️ Si no sucedió así, te animo a orar y leer nuevamente el texto.
Y Ahora: 🤔
▪️ ¿Cómo lo aplicas a tu vida?
▪️ Toma nota de lo que aprendes, registra tus pensamientos y oraciones
▪️ Comienza y termina ORANDO, Dios afirmará su propósito en tu vida
▪️ NO TE DESANIMES! Aprender de Dios es un proceso que durará toda la vida, te animo a que seas constante!
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También esta semana tenemos este pasaje para memorizar:
Colosenses 3:23
Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres
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