· Suspirando para el reposo ·
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¡Cuan diferente de lo que es aquí será el estado del creyente en el cielo!
Aquí ha nacido para quedarse sin fuerzas y sufrir el cansancio, pero en la región del Inmortal, el cansancio nunca se conocerá.
El creyente, en su deseo de servir al Maestro, encuentra que su fuerza no es igual a su pasión y entusiasmo.
Siempre su oración es:
¡Ayúdame a servirte, oh Dios mío!
Si es realmente activo, tendrá mucho que hacer: no tanto -por cierto- como deseas, pero sí más que suficiente para tus fuerzas.
Por esto oraras de esta forma: "No me siento cansado del trabajo, sino por el trabajo". ¡Ah, cristiano!, el agotador día de cansancio no durará siempre.
El sol que se está acercando a ocultarse, se levantará otra vez, trayendo un día mucho más brillante que todos los que hasta ahora has visto.
Sera en una patria donde los redimidos sirven a Dios día y noche, aunque "descansen de sus labores!".
¡Atento chicos!: los redimidos son los que Jesús perdonó, rescató y liberó del pecado; y luego fueron hechos hijos de Dios.
Aquí el descanso no es completo, allí es perfecto; aquí el cristiano está siempre inquieto, sabe que todavía "no ha alcanzado".
Allí todos descansan, pues han alcanzado la cima de la montaña, han ascendido al cielo con Dios; más arriba no pueden ir.
¡Oh trabajador abatido por el cansancio, piensa únicamente en el tiempo cuando descansarás para siempre!
¿Puedes imaginar esto?
Ese descanso es eterno, un descanso que dura.
Aquí mis mejores joyas tienen sobre sí la palabra "mortal", "temporal".
Mis hermosas flores se marchitan.
Mis pájaros más melodiosos caen ante las flechas de la muerte.
Mis días más placenteros se cambian en noches; y el flujo de mi felicidad se disminuye en un volver a la tristeza.
Pero allí todo es inmortal: las arpas nunca se oxidan, las flores no se marchitan.
Tampoco los ojos se obscurecen la voz no titubea, el corazón no vacila y el ser inmortal se halla completamente sumergido en un disfrutar infinito.
¡Feliz, feliz aquel día, cuando la mortalidad será eliminada por la vida y empiece el eterno descanso!
Escrito por: Charles Spurgeon
(Adaptado)
Ahora que terminaste de leer o escuchar, te recomendamos que tomes un tiempo para pensar y orar.
Si es necesario, volvelo a escuchar o leer.
Dios te bendiga grandemente.
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