Día 13: "La adoración que agrada a Dios"
"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza"
Marcos 12:30 NBLA
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Para comenzar a adorar a Dios de manera que le agrade, debemos empezar por lo fundamental.
Acerquémonos a Él con la seguridad de que nos ama, que nos ha hecho perfectos en Cristo.
Nuestra adoración le va a agrada por la confianza que hemos puesto en Jesús, Sin esta fe, será imposible que le agrademos.
Aunque todo inicia en Él, debemos actuar como si todo dependiera de nosotros, sin olvidar nunca nuestra fe en Dios.
Debemos examinar nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y acciones, prestando atención a cómo lo hacemos y con qué intención e intensidad, para ofrecerlo todo a Dios en adoración.
En Romanos 12, Pablo nos llama a presentar nuestra adoración como un sacrificio vivo y santo.
Solo aquellos que han nacido de nuevo en Jesús están realmente vivos y han sido hechos santos por Dios.
Por lo tanto, como hijos de Dios, podemos y debemos ofrecer nuestra vida íntegramente a Él en adoración.
Cuando enseñemos, lo haremos lo mejor que podamos.
Al hablar en nombre de Dios, lo hacemos con toda la fe que Él nos ha dado.
Al servir a otros, atendemos con nuestra mejor disposición las necesidades.
Si encontramos a alguien desanimado, lo animaremos con gran entusiasmo.
Cuando damos, lo hacemos generosamente, con alegría y sin esperar recompensa.
Al orar, lo haremos con toda nuestra fuerza.
Al amar, lo haremos con intensidad, pasión y sinceridad.
Nuestra adoración debe ser abundante y sin reservas.
En cuanto a la intensidad de nuestra adoración, debe asemejarse a un río caudaloso desbordando por todos lados, en lugar de una llave de agua diseñada para ahorrar cada gota.
Debe ser más como un camión cargado en bajada, sin frenos, que no se va a detener.
Tiene que asemejarse más a una manguera de bomberos completamente abierta para apagar un gran incendio, que a unas gotitas para hidratar los ojos.
Como nos relata el evangelio de Marcos, la mujer que se acercó a adorar a Jesús rompió un frasco de perfume y lo derramó completamente sobre Su cabeza y se arrojo a sus pies, no se limitó a poner un poco de perfume en cada oreja y muñeca antes de retirarse.
Si vamos a ofrecer una porción de torta al Señor, debemos darle la primera porción, y la mejor, le damos el corazón de la torta. Va a ser mas complicado sacar esa parte de la torta primero, pero Él lo merece.
Jesús elogió a la mujer que ofrendó dos monedas, aunque eran pocas comparadas con las ofrendas de los demás. (Marcos 12:41-44)
Al final del día, debemos poder decir que hemos hecho todo lo mejor para nuestro Señor, según nuestra fe y capacidades.
Ahora que terminaste, algo para pensar: Toma un tiempo tranquilo, y medita como estas haciendo cada cosa en tu vida, y para quien.
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