1 Juan 4:12
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
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Padre nuestro, has que se note el sello que nos hace tuyos esta mañana.
Que sea notorio y bien claro que somos tus hijos.
Ayúdanos a recordar a Jesucristo con intensidad y pasión.
Durante las agitadas horas del día, trae a Jesús con frecuencia a nuestro pensamiento.
Que cuando la mente quede libre de alguna tarea, vuelva a nuestro Señor, tal y como los pequeños metales se orientan ante un gran y poderoso imán.
Ayúdanos a no ignorarlo o herirlo en pensamientos, palabras o deseos que nada tienen que ver con Él.
Haz que nuestra comunión con Él sea dulce.
Danos de su fuerza, sabiduría, encanto y bondad.
Perdona las expresiones que hayan salido de nosotros que solamente fueron palabras vacías.
Perdona los pecados que han hecho caer el descrédito sobre tu iglesia.
Perdónanos si hemos hecho difícil que se distinga tu iglesia del mundo.
Sálvanos del pecado de desesperación.
Enciende la lámpara de la esperanza en cada uno de tus hijos.
Llénanos con un espíritu de emocionante esperanza en Jesús.
Enséñanos que las vidas arruinadas pueden ser reconstruidas y que Cristo es suficiente para todas nuestras necesidades.
Estamos agradecidos de que Cristo sea el camino a la casa de nuestro Padre, de que haya perdón para todos y que para todos esté disponible una bienvenida y el pan de vida.
Límpianos de la suciedad del camino, vístenos con tu justicia y danos el poder disfrutar de saber que somos tuyos, que somos tus hijos.
Amén.
Algunas preguntas para pensar tranquilos:
- ¿Qué verdad aprendiste hoy?
- ¿Cómo vas a orar ahora?
- ¿Qué va a modificar en tu vida lo aprendido?
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